EL SAINETE DE SAYA EN EL TEATRO OTRAPARTE

En aquel escenario, donde se da un proceso de reconocimiento y crecimiento urbano, de transformación social y espacial es que adquiere una fuerza y presencia importancia la manifestación del sainete en el barrio. El sainete, como expresión artística del siglo XIX parece haber sobrevivido en el barrio Uribe ángel para el siglo XX. Según las entrevistas llevadas a cabo por Cañas y García (2005-2022) y las fuentes orales y videos por ellos recolectados aparecen unas figuras de importancia que fueron actores que representaron el sainete o personas que lo presenciaron y quienes no, al parecer, recibieron esta información y actividad de sus padres, habitantes raizales de Envigado cuyos ascendientes se remonta precisamente al siglo XIX. De esta manera el sainete se convirtió en todo un espectáculo para propios y recién llegados.

Estos personajes fueron el eje por el cual pasó la representación y la organización de una de las puestas en escena con mayor recordación en el municipio y en el barrio Uribe Ángel: El Sainete de Saya. Cabe señalar que las personas entrevistadas no pueden indicar si esta era una tradición que había sido representada por la generación anterior a la de Delio.

Saya era todo un personaje barrial que tenía como afición y pasión la realización del sainete con un fin practico y concreto: divertir y divertirse. Se trataba de una práctica teatral que, aprovechando los momentos especiales de festejo decembrino, se ensamblaba con la participación de diversos vecinos y músicos para realizar una puesta en escena que en la actualidad ha desaparecido. Actores, organizadores, músicos, y espectadores tenían un rol especial en la puesta en escena, lo cual permitía un resultado lleno de humor y picardía; además de lograr un momento de especial convergencia de la población del barrio y de las lomas vecinas, El Chocho, Chinguí, El Esmeraldal y vecindarios como La Sebastiana en torno a dicha práctica

Este sainete convocaba a la población del barrio. En su desarrollo y representación lograba aglutinar a los vecinos y dejar atrás diferencias procurando puntos de unión alrededor de un sancocho y otras viandas que se consumían colectivamente y al aire libre. Era una actividad sin ánimo de lucro, aun cuando después de cada sesión “se pasaba el sombrero” para recoger donaciones y ayuda económica por la representación, la cual se destinaba en parte a pagarle a los músicos y en parte para comprar aguardiente y continuar la fiesta. Los principales réditos los obtenían de las presentaciones que eran programadas con anticipación, en las fincas de las familias pudientes de Envigado y otros municipios como La Estrella e Itagüí de las que recibían un emolumento. Aun así, era una actividad que se realizaba con el fin de divertirse.

Tomado de la investigación: Aproximación a la tradición sainetera del municipio de Envigado - El sainete de Buga (Primera etapa) realizada por la Corporación El Ágora. Investigadores: María Teresa Arcila E. - Antropóloga, Carlos León Gaviria R. - Historiador, Carlos Andrés Zapata G. - Pedagogo musical y artista y la participación de Miguel Ángel Cañas Restrepo - Maestro en Teatro.

PQRSF

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